Dado el coste que supone una boda en la actualidad, no es de extrañar que en ciertos países cada vez sea más popular buscar alternativas para casarse, y se busquen otros tipos de boda diferentes a la típica iglesia. Por esta razón, las bodas en destinos remotos son cada vez más, una opción a tener en cuenta.
Las ceremonias se están celebrando en las playas de Cancún, en bosques o en cruceros. Muchas parejas están dejando atrás todas las celebraciones convencionales de un casamiento, y se están adaptando a bodas más simples e íntimas.
De todas las formas de boda con destino remoto, las bodas en la playa son cada vez más solicitadas. De esta manera, las parejas tienen la ventaja de elegir el sitio de su boda y al mismo tiempo su luna de miel. Como se ha comentado, los cruceros, el caribe y las playas de Hawai están a la cabeza de los destinos para este tipo de bodas. Una vez que se ha decidido por un destino en particular, la pareja escribe una pequeña lista de invitados – algunas veces incluyendo media docena de familiares y otras incorporando 50 o más personas a la lista.
Lo más sencillo es hablar con un agencia de viajes, las cuales tienen cada vez más en mente este tipo de viajes con boda en playas lejanas. Ellos se encargan de hacer todas las reservas y el viaje en la mayoría de los casos, aunque puede ser que el transporte tenga que ir por cuenta de la pareja.
Cada vez más, los recursos turísticos de las playas visitadas, tienen coordinadores que pueden ayudar a las parejas en todos los aspectos de la ceremonia, incluso si la pareja viva a miles de kilómetros. Estos servicios van desde la coordinación de flores, decorados hasta la fiesta y la recepción. Pueden incluso facilitar la adquisición de una licencia de casamiento.
Las ventajas de una boda en la playa tienen numerosas ventajas. Primero, porque las bodas hechas en la playa y otras localizaciones, son menos formales y la presión por tener la boda “perfecta” se reduce al mínimo. Menos estrés en la pareja y los invitados significa que hay más opciones de divertirse y pasarlo bien. Segundo, porque los destinos elegidos para hacer una boda de este tipo suelen tener una lista de invitados más pequeña, y la pareja puede disfrutar de la compañía de la gente más cercana.
No hay que preocuparse de docenas de personas extrañas que no conocemos. Tercero, porque como ya se ha dicho, la ceremonia y la luna de miel están en la misma localidad, y la pareja puede disfrutar de todo el proceso y saber que después de la boda, lo único que tendrán que hacer es descansar y relajarse.
Y para terminar, la experiencia de una boda en una de tu playa favorita es única, y estar viendo el azulado mar mientras amanece o anochece en un momento tan importante, es algo que ninguno de los dos olvidará.
