De todas las cosas que tenemos disponibles cuando vamos a la playa a descansar, estar senados o tumbados mientras tomamos el sol está la primera de la lista. ¿Qué hay más relajante que estar reclinado al sol, escuchando el rumor de las olas? Una silla de playa puede sin duda ser la cosa perfecta para estar en la arena de tu playa favorita, elevándote un poco de la arena y así no llenándose el bañador de arena.
Las sillas de playa vienen en una gran variedad para satisfacer a todo tipo de veraneantes. Se pueden comprar en cualquier tienda que haya en la localidad vacacional (están por todas partes en la costa) y pueden incluso ser alquiladas en algunos hoteles donde estamos alojados.
Uno de los diseños más populares es la silla de playa plegable. Este tipo de silla está cubierta con una tela de nylon, como cualquier otra silla de este tipo, pero suele ser más baja y pegada al suelo. Muchas de estas sillas también tienen un tipo de bolsillos para poner el protector solar, una botella de agua o un buen libro. Otro tipo de silla de playa bastante común tienen la estructura de metal o madera como tela de algodón en el asiento y el reposa espaldas. Este tipo también se puede plegar.
Algunas sillas de playa en los hoteles están moldeadas de plástico y se reclinan casi del todo. Son bastante populares porque son muy resistentes a las inclemencias del tiempo. Sin embargo, algunos hoteles ofrecen sillas más tradicionales, donde alquilar aparte cojines para estar más cómodos. Estas sillas se pueden reclinar del todo quedando como una tumbona. El problema de estas sillas de playa es que tienen que ser reemplazadas más a menudo.

Hay sillas de este tipo que van a lo más cómodo, y que en la tienda se pueden comprar en su propia bolsa para llevar. Son muy útiles cuando vamos de vacaciones porque solo hay que coger la bolsa y meterla en el coche. A la llegada a la playa es fácil de transportar hasta el punto que nos pongamos y luego cómodo de llevar a la vuelta. En algunos casos pueden ser bastante más altas que las tradicionales o incluso ajustables. Algunos modelos vienen con una sombrilla incluida, formando el paquete completo. Por lo general no son caras, aunque conviene comprar unas de buena calidad, sobre todo si nos gusta mucho ir a la playa.