Una de las cosas que hay que destacar de esta playa, es que tiene un magnífico castillo a pie de costa – el castillo de Bamburgh – que goza de gran popularidad desde tiempos de los victorianos, los cuales ya disfrutaban de los “días de playa”. Las arenas se prolongan de forma ininterrumpida entre Bamburgh y Seahouses, a unos 5 kilómetros, donde tenemos principalmente dunas y algunos grupos de rocas que suele ser lugar de juegos para los miembros más pequeños de la familia.
El área de la playa en frente del castillo está bastante protegido y se suele poner bastante concurrido en temporadas altas. La zona solía tener algunas playas privadas que ya han desaparecido.
La playa de Bamburgh es realmente una playa preciosa, aunque depende de la época en la que vayamos, puede ser bastante fría. El agua es muy limpia y clara, pero no hay socorristas o servicios típicos que podemos encontrar en playas más turísticas. Hay un aparcamiento cerca del castillo donde se cobra una modesta cantidad para aparcar.
A una corta distancia, orientándonos al norte, hay un pequeño faro de color blanco en un montículo rocoso, y más allá, una bahía formada de arena que suele estar muy tranquila en las temporadas de verano cuando el turismo es mayor. Esto es probablemente porque no es fácilmente accesible desde la carretera principal.
La mejor manera de alcanzar esta bahía, es por la pequeña carretera que va al club de golf de Bamburgh, y luego por un camino que nos lleva directamente a la arena. Cuando la marea está baja, la expansión de la playa es enorme y es un buen sitio para dar un largo y plácido paseo.
La línea de costa lleva hasta Budle Bay, el cual es un punto muy conocido como mirador de pájaros, y el escenario es ideal para sus impresionantes atardeceres.