En Ibiza hay muchas playas famosas y populares, y una gran parte de ellas están llenas de bares, música y gente con muchas ganas de divertirse y pasarlo bien. Sin embargo, mucha gente prefiere playas más tranquilas en lugar las más bulliciosas, y son precisamente estas playas más calmadas, las que son más apreciadas por la gente local.
Muchas de estas playas requieren un largo paseo, incluso teniendo que ir por zonas rocosas y escarpadas. Una de estas playas es la cala de Serra, la cual nos da una playa tranquila, apartada con una limpia y fina arena que por todos los lados. Esta cala en forma de herradura le da aun más aislamiento, y hace que las aguas suelan estar calmadas, lo que las hace ideales para nadar y bucear.
Para llegar a ella, lo podemos hacer viniendo del turístico Portinatx, aunque la carretera no es buena, siendo un camino no asfaltado y con piedras. De hecho, la carretera se vuelve intransitable, forzándonos a aparcar y seguir caminando.
El camino es bastante entretenido y en cuanto empecemos a ver pinos, estaremos cerca de la bahía y la podremos ver según nos acercamos. En la propia cala, hay un chiringuito que el cual gestiona una pareja de alemanes (en el momento de escribir el artículo). Es buena idea asegurarnos de llevar unas gafas de bucear para poder disfrutar de la vida marina.
Podemos compaginar las actividades playeras pidiendo unas sardinas con unas cervezas muy frías, lo que hará que nuestro día ser perfecto.
Lo cierto es que la playa no es demasiado grande (tiene unos 45 metros de larga), aunque hay algunas hamacas y sombrillas para utilizar. La gente se suele traer sus propias sombrillas. Lo único que nos puede dar la lata son las medusas, que en ciertas ocasiones llegan a las aguas cercanas a la playa. Por este motivo, en el chiringuito hay un botiquín con productos específicos para tratar las picaduras de medusa.
En cuestión de servicios, solo hay los que presta el chiringuito. Para alojarnos tenemos que ir a Portinatx, la cual es la ciudad más cercana.