Localizada al lado del aeropuerto de la Princesa Juliana, en la caribeña isla de San Martín, la playa de Maho es un lugar único para tener una peculiar experiencia, y no hablamos de las típicas experiencias que se tienen cuando vamos a una playa. ¿Has pensado alguna vez lo que es tener un avión Jumbo volando encima de ti a solo unos metros? ¿Has pensado que se debe sentir el salir volando hacia el mar por el empuje de sus poderosos reactores?
La fina arena blanca y las azules y cristalinas aguas no es lo que hace de la playa de Maho un lugar popular para ir de vacaciones.
Hay cientos de playas en esta parte del caribe que pueden ser iguales o incluso más bonitas que la playa de Maho. Además de eso, no están justo al lado del ruidoso y ocupado aeropuerto. Sin embargo, precisamente por este motivo esta playa le resulta de interés a mucha gente. Para poder aterrizar de forma segura en la pista número 10, los pilotos tiene que hacer un acercamiento final a una altura muy baja. Esto significa volar a solo unos metros por encima de las cabezas de los que están disfrutando de la playa.
No estamos hablando de avionetas ligeras, sino de aviones comerciales grandes. Esta maniobra de los pilotos se ha vuelto un reclamo en la playa de Maho, y de hecho los empresarios locales han creado un negocio alrededor de esto. Los dueños de los bares de la zona han puesto carteles con las salidas y llegadas de los aviones, y así la gente puede planear sus visitas a la playa. Incluso se pueden escuchar emisiones de radio entre la torre de control y los aviones.
Tener un avión comercial de grandes dimensiones volando de nosotros y que casi se puede tocar, es una experiencia diferente. Sin embargo, no es la única diversión que se pueden encontrar en esta peculiar playa. Los despegues desde la pista 10 son también especiales. Según los aviones potencian sus motores, el efecto es tan potente que literalmente envía volando a la gente desde la valla en la misma playa hasta el agua.
A pesar de que las autoridades han avisado que hay peligro de quedar herido o incluso de muerte, muchos amantes del peligro siguen desafiando este viento generado por los reactores. Algunos incluso se agarran a la valla para resistir todo lo que pueden.
Se añadió una valla adicional recientemente a la pista 10 para desanimar a la gente de agarrarse a la principal. Este comportamiento parece que solo puede acabar en algún tipo de desgracia, pero por el momento no se sabe de ninguna persona perdiendo la vida por ello. Si se conocen algunos accidentes. El último fue en el 2012, donde una mujer fue despedida hacia atrás por los reactores y se golpeo la cabeza con un bordillo de hormigón. Sufrió un corte en la frente, pero no fue a mayores.
