La bonita localidad costera de Simón en la base naval principal de Sudáfrica, consiste en increíbles edificios victorianos, anchas calles y zonas peatonales y una fascinante historia. Por supuesto, tiene una magnífica playa de la que hablaremos más adelante. El pueblo de Simón está un poco más alejado de la Muizenberg, alejándose de la bahía Falsa y a unos cincuenta kilómetros de la ciudad del Cabo.
Esto significa que es un gran destino para excursiones diarias o escapadas desde ciudad de Cabo, ya sea por coche o por tren. La localidad es el tercer asentamiento más antiguo holandés que llegó al país, y el nombre le fue dado por el gobernador que dirigió al área cuando se instaló la colonia.
El gobernador eligió esta costa como una alternativa segura a la tormentosa costa en los turbulentos meses de invierno.
Como se ha dicho, hay mucha historia que ver en el pueblo de Simón, y para empezar está el conocido museo de la ciudad. Se puede visitar también la antigua residencia del gobernador. También está el museo naval, que celebra la historia naval que tiene esta localidad. Podemos ver el interior de un submarino y el puente de un barco, que se mueve con un balanceo simulado de forma mecánica.
Los edificios victorianos están muy bien conservados, y nos parecerá estar andando en otra época. Mientras observamos esta singular pequeña ciudad, podemos hacer paradas en los múltiples cafés o ver las tiendas que hay disponibles. Hay unas cuantas estatuas de la época en la zona del puerto, que le dan una señal de identidad a la localidad de Simón.
A poca distancia andando de la plaza principal del pueblo, podremos encontrarnos con una de las mejores playas de Simón, que es la playa de Seaforth.
Hay un buen restaurante prácticamente metido en la playa que es un sitio perfecto para comer sin tener que movernos de la playa y seguir disfrutando del mar mientras saboreamos la comida de la zona. Es una playa ideal sobre todo para dar largos paseos y visitar otras playas próximas.
De todas formas, la playa más famosa de Simón es la de Boulders, la cual tiene una colonia de unos tres mil pingüinos africanos. Esta preciosa playa contiene unas inmensas y redondeadas rocas, donde podemos encontrar numerosas calas y piscinas naturales hechas de rocas, las cuales nos están invitando a que sean exploradas.
Si decidimos visitar esta playa, hay mucha información en el centro de turismo (a la entrada de esta playa). Una cosa que debemos saber es que hay que pagar una pequeña tarifa para visitar la playa. Estos fondos se utilizan para preservar la colonia de pájaros de la zona, la cual está en peligro.