El turismo arqueológico se refiere al proceso donde la gente viaja a lugares históricos donde hay una buena presencia de sitios arqueológicos de interés. La razón por la que se llama turismo arqueológico es debido a que compañías organizan viajes a estos sitios tan populares para ver construcciones y que datan de muchos años atrás, como puede ser el caso de las pirámides por ejemplo. Este tipo de turismo puede ser simplemente para satisfacer la curiosidad del turista o por temas educativos para colegios o universidades.
La mayoría de las veces, es el gobierno de la región donde están los sitios antiguos los que promocionan estos viajes de arqueología. Esto ayuda mucho para mostrar su riqueza y herencia cultural, y de paso se pueden obtener unos buenos ingresos haciéndolo. Ya no hay duda de que el turismo es un gran negocio que ayuda mucho a la economía de muchos países. De hecho, hay países que dependen enteramente de esta fuente de ingresos.
Por esta razón, es habitual ver anuncios y promociones en agencias de viaje con sitios arqueológicos como principal reclamo. Los turistas gastan dinero en el viaje, transporte local, comida, alojamiento, servicios, compra de souvenirs y regalos, etc. Nos podemos hacer una idea de los ingresos que esto genera.
Como se ha dicho, uno de estos destinos turísticos puede ser cualquier cosa que muestre lugares y objetos de mucha antigüedad. Pueden ser museos donde se han guardado toda clase de objetos que se han obtenido de excavaciones. Algunas veces los sitios físicos pueden ser recreaciones históricas de otros antiguos que han desaparecido. Por ejemplo, una recreación podría mostrar un pueblo fantasma que ya no existe pero que se ha simulado gracias a pinturas y descripciones que han quedado de la época.
Uno de los inconvenientes del turismo arqueológico es el peligro que pueden tener los sitios al llegar grandes cantidades de turistas para verlo. Incluso con normas y restricciones, siempre hay peligro de que se dañe algo, lo cual puede cambiar el aspecto original de sitio histórico.

Por ejemplo, cuando los turistas visitan cuevas con pinturas antiguas en sus paredes, la constante afluencia de gente puede llevar a que se erosione el sitio por los flashes de las fotos y otros elementos.
Por este motivo, hay reglas muy claras que hay que seguir en estos sitios, donde no respetarlas puede llevar a una multa o tener que abandonar el lugar.